Guía Completa para Limpiar tu Campana Extractora Smeg
Si tienes una campana extractora Smeg, sabes lo fundamental que es mantenerla limpia para que funcione al máximo y sin riesgos. Hacerle un mantenimiento regular no solo evita que se acumule la grasa, sino que también reduce el peligro de incendios y mantiene tu cocina con un ambiente fresco mientras cocinas. En esta guía, te cuento todo lo que necesitas saber para limpiar tu campana Smeg de forma eficaz.
¿Por qué es tan importante limpiar tu campana extractora?
- Evitar la acumulación de grasa: La grasa que se desprende al cocinar se va pegando en las superficies y filtros, y eso puede hacer que la campana no funcione bien.
- Seguridad contra incendios: Una campana sucia puede ser un riesgo porque la grasa es inflamable y puede provocar un incendio.
- Control de olores: Si no la limpias, los malos olores pueden quedarse dando vueltas en tu cocina.
- Ventilación eficiente: Mantenerla en buen estado asegura que elimine bien los humos y el vapor de la cocina.
¿Con qué frecuencia debes limpiarla?
El fabricante recomienda que limpies tu campana Smeg, tanto por dentro como por fuera, al menos una vez al mes. Pero si cocinas mucho o sueles freír seguido, quizás tengas que hacerlo con más frecuencia. Más vale prevenir que lamentar, ¿no?
Guía paso a paso para limpiar tu campana extractora
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Apaga la corriente: Antes de ponerte manos a la obra, asegúrate de desconectar la campana de la electricidad. Puedes desenchufarla o simplemente apagar el interruptor del cuadro eléctrico. Más vale prevenir que lamentar.
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Limpieza del exterior: Usa un paño húmedo con un detergente suave y neutro. Evita productos con alcohol o abrasivos, porque pueden estropear la superficie y dejar marcas.
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Filtro de grasa: Este es el que más atención necesita. Lo ideal es limpiarlo al menos una vez al mes. Para sacarlo, solo tienes que tirar de la palanca de resorte. Puedes lavarlo a mano o meterlo en el lavavajillas en un ciclo corto y a baja temperatura. Ojo, puede que el filtro cambie un poco de color tras el lavado en lavavajillas, pero no te preocupes, eso no afecta su funcionamiento.
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Interior de la campana: Limpia el interior con un paño húmedo y el mismo detergente neutro que usaste para el exterior. Asegúrate de que no quede ningún residuo, porque eso puede afectar el rendimiento.
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Vuelve a montar todo: Cuando todo esté seco, coloca de nuevo el filtro en su sitio y asegúrate de que quede bien fijo.
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Filtros de carbón activado: Algunos modelos traen también un filtro de carbón activado. Si es tu caso, revisa las instrucciones específicas para su mantenimiento, ya que suelen requerir cuidados diferentes.
Con estos consejos, tu campana estará siempre lista para funcionar al máximo y sin sorpresas desagradables.
Tipos de filtros de carbón activado
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Filtro de carbón activado no lavable: Este tipo no se puede limpiar, así que lo mejor es cambiarlo al menos cada cuatro meses para que siga funcionando bien y eliminando los olores.
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Filtro de carbón activado lavable: Si tu campana tiene este filtro, puedes lavarlo cada dos meses con agua caliente y un detergente adecuado. Después de lavarlo, sécalo en el horno a 100 °C durante unos 10 minutos para asegurarte de que no quede ni una pizca de humedad. Cambia el filtro cada tres años o si ves que está dañado.
Cómo saber cuándo limpiar
Tu campana Smeg tiene un aviso incorporado para el filtro de grasa. Después de usarla 100 horas, se encenderá un LED en el panel de control para avisarte que es hora de limpiar el filtro de grasa. Para apagar esta señal, solo tienes que mantener presionado el botón correspondiente durante unos tres segundos.
Un último consejo
Limpiar tu campana Smeg con regularidad es clave para que siga funcionando bien y para que tu cocina sea un lugar seguro. Siempre sigue las indicaciones del fabricante y no dudes en consultar el manual si tienes dudas sobre tu modelo. Así, tu cocina no solo lucirá genial, sino que también funcionará de maravilla.
Recuerda que una campana extractora limpia es una campana feliz. Por eso, lo mejor es incluir su limpieza en tu rutina habitual de cocina. La verdad, mantenerla libre de grasa y suciedad no solo ayuda a que funcione mejor, sino que también evita olores desagradables y prolonga su vida útil. A veces, con solo dedicarle unos minutos regularmente, evitas problemas mayores. Más vale prevenir que curar, ¿no?