Consejos Prácticos

Cómo preparar tu frigorífico Smeg para almacenamiento prolongado

Cómo preparar tu frigorífico Smeg para guardarlo a largo plazo

Si vas a dejar tu frigorífico Smeg sin usar durante un buen tiempo, es clave hacerlo bien para evitar que se estropee o que aparezcan olores desagradables. Te dejo una guía paso a paso para que lo dejes listo y sin preocupaciones.

  1. Vacía completamente el frigorífico

Antes de guardarlo, asegúrate de sacar toda la comida y bebida, tanto del frigorífico como del congelador. Esto no solo evita que los alimentos se echen a perder, sino que también ayuda a que no se acerquen bichos o insectos.

  1. Limpia por dentro y por fuera

Una vez vacío, toca dejarlo bien limpio:

  • Por dentro: Prepara una mezcla de agua tibia con unas gotas de detergente suave o vinagre. Pasa un paño por todas las superficies, incluyendo estantes, cajones y paredes. Luego enjuaga con agua limpia y seca con un trapo limpio.

  • Por fuera: Usa un paño de microfibra suave y un limpiador multiusos delicado para limpiar la parte exterior. Evita productos abrasivos que puedan rayar la superficie.

  1. Descongela el congelador

Si tu frigorífico tiene congelador, es fundamental descongelarlo antes de guardarlo. Para hacerlo bien:

  • Apaga y desenchufa el aparato.

  • Deja que el hielo se derrita por completo para evitar acumulaciones y malos olores.

  • Limpia y seca bien el interior antes de cerrar.

La verdad, a veces parece un rollo, pero más vale prevenir que curar para que tu Smeg esté perfecto cuando vuelvas a usarlo.

Cómo preparar tu nevera para guardarla sin problemas

  • Elimina el hielo y la escarcha: Lo ideal es dejar la puerta abierta unas horas para que el hielo se derrita solo. Así evitas tener que raspar y dañar las superficies.

  • Recoge el agua que caiga: Usa toallas o recipientes poco profundos para atrapar el agua que se escurra y evitar que se arme un lío.

  • Sécalo todo bien: No dejes ni un rincón húmedo, porque la humedad es la mejor amiga del moho y los malos olores. Presta atención a las esquinas y superficies menos visibles.

  • Deja la puerta entreabierta: Después de limpiar y secar, mantén la puerta un poco abierta para que circule el aire. Puedes poner un objeto pequeño, como una toalla enrollada, para que no se cierre.

  • Revisa que no haya daños: Antes de guardar la nevera, échale un vistazo para detectar cualquier desperfecto. Si ves algo raro, mejor arreglarlo antes de almacenarla, sobre todo si planeas usarla más adelante.

  • Elige bien dónde guardarla: Busca un lugar fresco, seco y con buena ventilación. Evita sitios con temperaturas extremas, como garajes o al aire libre. Además, procura que no esté cerca de otros aparatos o fuentes de calor para que se mantenga en buen estado.

Después de un tiempo sin usar el frigorífico

Si tu nevera ha estado guardada un buen rato, antes de volver a ponerla en marcha, te recomiendo hacer lo siguiente:

  • Quita el polvo: Dale una buena limpieza, sobre todo en la parte trasera donde están las rejillas de ventilación. Esto es clave para que el aire circule bien y no se caliente.
  • Conéctala a la corriente: Una vez que hayas comprobado que todo está en orden, enchufa la nevera y déjala funcionando unas horas sin meter comida. Así te aseguras de que enfría como debe.
  • Revisa las juntas y funciones: Mira que las gomas de las puertas estén en buen estado y que todas las funciones, como la luz o los ventiladores, estén operativas.

Cosas importantes a tener en cuenta

  • Chequeos periódicos: Si la guardas por un tiempo largo, no está de más que cada pocas semanas le eches un vistazo para evitar humedad o fugas que puedan causar moho.
  • Sigue las indicaciones del fabricante: Siempre es buena idea consultar el manual de usuario para ver si tu modelo tiene recomendaciones específicas.

Preparar bien tu frigorífico Smeg para un almacenamiento prolongado no solo ayuda a conservarlo en buen estado, sino que también te ahorra tiempo y problemas cuando decidas usarlo de nuevo. La verdad, más vale prevenir que curar, ¿no?