Consejos Prácticos

Cómo Guardar tu Toldo HORNBACH Seguro Bajo la Lluvia

Cómo Guardar tu Toldo Retráctil HORNBACH Cuando Llueve

Si tienes ese toldo a rayas azul y blanco de 3×1.5 metros de HORNBACH, sabes que cuidarlo bien es fundamental para que dure mucho tiempo. Y una de las cosas más importantes es saber cuándo y cómo recogerlo, sobre todo cuando empieza a llover. Aquí te dejo algunos consejos clave para que protejas tu toldo y evites daños innecesarios.

Por qué hay que tener cuidado con la lluvia

Aunque los toldos retráctiles están pensados para darte sombra y protegerte del sol, la lluvia, la nieve y el viento pueden jugar en contra. Ten en cuenta estos puntos:

  • Acumulación de agua: Si dejas el toldo extendido cuando llueve fuerte, el agua puede quedarse estancada encima. Esto puede hacer que el tejido se hunda o que la estructura se dañe.
  • Resistencia al viento: Tu toldo tiene una clasificación de resistencia al viento (Clase 2), pero no está hecho para aguantar vientos fuertes junto con la lluvia. Por eso, es súper importante estar pendiente del clima.
  • Inclinación adecuada: Para que el agua escurra bien cuando llueve suave, el toldo debe estar inclinado al menos 14° (o un 25 %). Si no, el agua se puede acumular y causar problemas.

Cuándo y cómo recoger tu toldo HORNBACH

Si el ángulo de tu toldo es menor que el recomendado, evita desplegarlo cuando esté lloviendo. Esto puede evitarte muchos problemas.

Cuándo recoger el toldo:

  • Lluvia intensa: En cuanto empiece a caer un aguacero fuerte, recoge el toldo sin pensarlo para que no se dañe.
  • Nieve o heladas: Si se espera nieve o escarcha, mejor no usar el toldo. El tejido congelado puede sufrir daños serios.

Pasos para recogerlo correctamente:

  1. Revisa el entorno: Antes de empezar, asegúrate de que nadie ni nada esté en el camino del toldo.
  2. Usa la manivela: Gira la manivela con suavidad para recoger el toldo. No hagas movimientos bruscos para no forzar el mecanismo.
  3. Verifica que quede tenso: Mientras enrollas, el tejido debe quedar bien estirado. Si ves que se afloja, gira la manivela en sentido contrario hasta que quede firme.
  4. Seca el tejido: Si el toldo se mojó, una vez que pare la lluvia, extiéndelo de nuevo para que se seque bien. Guardar el toldo húmedo puede provocar moho y deterioro con el tiempo.

La verdad, seguir estos consejos es la mejor forma de cuidar tu toldo y alargar su vida útil. Más vale prevenir que lamentar, ¿no crees?

Revisa que no haya daños

Después de recoger el toldo, échale un buen vistazo para detectar cualquier señal de desgaste o daño, como roturas en la tela o problemas en la estructura. Si notas algo raro, lo mejor es que te pongas en contacto con la tienda HORNBACH más cercana para que te echen una mano.

Solución de problemas comunes

A veces, al recoger el toldo, pueden surgir algunos inconvenientes. Aquí te dejo los más frecuentes y cómo solucionarlos:

Problema Causa Solución
La tela se hunde al extenderse Acumulación de agua o lluvia prolongada Seca bien la tela y procura enrollarla solo cuando esté seca para evitar daños.
Ruidos al operar Los soportes pueden estar flojos Ajusta bien todos los soportes para que queden firmes.
El toldo no se recoge suave Las piezas móviles necesitan lubricación Aplica un poco de spray de silicona en los puntos de giro.

Un último consejo

Cuidar tu toldo retráctil HORNBACH es clave para que te dure mucho tiempo. Saber cuándo y cómo recogerlo, especialmente en días de lluvia, puede evitarte muchos problemas. Y recuerda, la seguridad siempre primero. Si tienes dudas o necesitas piezas de repuesto, no dudes en llamar al servicio de atención al cliente de HORNBACH o visitar tu tienda local. También puedes escribirles a [email protected] para más información.

Disfruta de tu toldo, pero siempre ten en cuenta sus límites, sobre todo cuando el clima se pone complicado. La verdad, a veces uno se emociona y olvida que no están hechos para aguantar cualquier cosa. Así que, si hay viento fuerte, lluvia intensa o tormentas, lo mejor es recogerlo o protegerlo para evitar sorpresas desagradables. Más vale prevenir que lamentar, ¿no?