Cómo Guardar tu Calefactor Eurom de Forma Segura Durante la Temporada Baja
Cuando el frío empieza a despedirse y el calor se asoma, es momento de pensar en cómo guardar bien tu calefactor Eurom. Guardarlo correctamente no solo mantiene su rendimiento, sino que también alarga su vida útil. Te dejo unos consejos sencillos para que lo guardes sin problemas cuando no lo uses.
- Limpia tu calefactor
Antes de guardarlo, dale una buena limpieza:
- Quita el polvo: Usa una aspiradora o un cepillo suave para eliminar el polvo de las rejillas y salidas de aire. Eso sí, evita tocar las partes internas.
- Limpieza exterior: Pasa un paño seco o ligeramente húmedo por fuera. No uses jabones fuertes, sprays ni productos químicos que puedan dañar el material.
- Revisa que no tenga daños
Echa un vistazo al calefactor, el cable y el enchufe para ver si hay algún daño visible. Si notas algo raro, mejor no lo uses y llévalo al vendedor para que lo revisen. Esto es clave para evitar problemas cuando lo enciendas la próxima temporada.
Secado
Antes de guardar tu calefactor, asegúrate de que esté completamente seco:
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Evita la humedad: La verdad, la humedad puede ser la peor enemiga de tu calefactor. Si lo usaste en un lugar con mucha humedad, déjalo secar al menos 24 horas antes de guardarlo. Así evitas problemas eléctricos o que se oxide.
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Empaquetado del calefactor: Lo ideal es conservarlo en su caja original, porque está diseñada para protegerlo al máximo. Pero si no tienes la caja, no te preocupes, puedes envolverlo con una manta o con plástico de burbujas para protegerlo del polvo y golpes.
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Elige bien dónde guardarlo: Busca un sitio fresco, seco y sin polvo. Evita lugares con temperaturas extremas o mucha humedad. Y ojo, no lo pongas cerca de fuentes de calor o materiales inflamables.
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Colócalo en posición vertical: Guardar el calefactor de pie ayuda a que no se dañe y se mantenga en buen estado.
Más vale prevenir que curar, ¿no crees?
Guarda tu calefactor de forma práctica
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Fácil acceso: Elige un lugar donde puedas sacar tu calefactor sin complicaciones cuando llegue la próxima temporada fría. No tiene sentido guardarlo en un rincón donde luego te cueste encontrarlo.
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Evita el desorden: Procura que no esté apretujado entre otros objetos que puedan caerse encima o dañarlo. La verdad, a veces uno guarda cosas sin pensar y luego se arrepiente cuando algo se rompe.
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Manual a mano: No olvides conservar el manual de usuario junto con el calefactor. Guárdalo en un sitio seguro y fácil de encontrar, porque seguro que en algún momento lo necesitarás para configurarlo o solucionar algún problema.
Guardar bien tu calefactor eléctrico es clave para que te dure muchos inviernos y funcione siempre a la perfección. Siguiendo estos consejos sencillos, te aseguras de que esté listo para cuando el frío vuelva a hacer acto de presencia.