Consejos Prácticos

Cómo eliminar la acumulación de hielo en tu refrigerador Electrolux

Cómo solucionar la acumulación de hielo en tu nevera Electrolux

Que se forme hielo dentro del frigorífico puede ser un verdadero fastidio. No solo ocupa espacio que podrías usar para guardar comida, sino que también puede hacer que tu electrodoméstico no funcione como debería. Si tienes una nevera Electrolux y te está pasando esto, aquí te dejo unos consejos prácticos para arreglarlo y evitar que vuelva a suceder.

¿Por qué se acumula hielo?

Antes de ponernos manos a la obra, es bueno saber qué puede estar causando ese hielo:

  • Problemas con el sello de la puerta: Si la goma está vieja o rota, entra aire caliente y eso provoca condensación y hielo.
  • Abrir la puerta muy seguido: Cada vez que abres la nevera, entra humedad que puede congelarse.
  • Ventilación bloqueada: A veces la comida tapa las rejillas de ventilación y el aire no circula bien.
  • Temperatura demasiado baja: Si pones el termostato muy frío, el hielo puede formarse en exceso.

Pasos para eliminar el hielo

Aquí te dejo una guía sencilla para que puedas solucionar el problema:

  1. Revisa los sellos de la puerta
    Mira bien si la goma tiene grietas o está desgastada. Un truco fácil es cerrar la puerta con un papel dentro; si puedes sacarlo sin resistencia, el sello no está bien.

¿Quieres que siga con los siguientes pasos para arreglar el hielo?

Cómo cuidar tu nevera para que funcione mejor

  • Revisa el sello de la puerta: Si al tirar del papel que pongas entre la puerta y la nevera este sale con facilidad, es probable que el sello esté fallando. En ese caso, lo mejor es cambiarlo para que el frío no se escape y la nevera mantenga su eficiencia.

  • Evita abrir la puerta más de lo necesario: Cada vez que abres la nevera, entra aire caliente y se pierde frío. Por eso, intenta planificar tus comidas y snacks con antelación para no andar abriendo y cerrando sin parar.

  • Mantén libres las rejillas de ventilación: Asegúrate de que los alimentos no tapen las salidas de aire dentro de la nevera. Una buena organización ayuda a que el aire circule bien y todo se mantenga fresco.

  • Ajusta la temperatura correctamente: La temperatura ideal para la nevera ronda los 4°C, mientras que el congelador debe estar cerca de -18°C. Si ves que está más frío de lo necesario, mejor ajusta para ahorrar energía y evitar problemas.

  • Descongela cuando haya acumulación de hielo: Si notas que se ha formado hielo, desenchufa la nevera para evitar accidentes. Saca toda la comida y guárdala en una nevera portátil si puedes. Deja las puertas abiertas para que el hielo se derrita solo. Si hay trozos grandes, usa una espátula de plástico o madera para quitarlos con cuidado y no dañar el aparato. Cuando termine, limpia bien el interior y sécalo antes de volver a enchufar.

Con estos consejos, tu nevera funcionará mejor y durará más tiempo. ¡Más vale prevenir que curar!

Mantenimiento Regular

Para evitar que se forme hielo en tu nevera, es fundamental hacer un mantenimiento periódico. Por ejemplo, limpia las bobinas que están detrás o debajo del electrodoméstico al menos dos veces al año. El polvo y la suciedad pueden hacer que tu nevera trabaje más y pierda eficiencia.

También es clave mantener un nivel adecuado de humedad dentro del frigorífico. ¿Cómo? Cubriendo bien los líquidos y evitando que el ambiente donde está la nevera sea demasiado húmedo. Otro detalle que a veces se pasa por alto es asegurarse de que la nevera esté bien nivelada; si no está recta, la puerta puede no cerrar bien y eso también favorece la formación de hielo.

¿Cuándo llamar al servicio técnico?

Si ya has seguido estos consejos y el hielo sigue apareciendo, puede que sea momento de pedir ayuda a un centro de servicio autorizado. A veces el problema es más complicado, como un termostato que no funciona bien o un sistema de descongelación que falla.

La verdad, ser constante con el mantenimiento y estar atento a cómo funciona tu nevera Electrolux es la mejor forma de mantenerla eficiente y libre de hielo. ¡Más vale prevenir que curar!